Verónica cumplió 17 años durante 2017. Festejó su día al lado de su hija de 5 años y sus compañeras de casa: 6 adolescentes que, al igual que ella, son sobrevivientes de violencia sexual y ahora afrontan su maternidad en Casa Refugio, un hogar de acogida especial para madres adolescentes.
Cuando Verónica tenía 7 años, su padre se suicidó, dejándola y a sus 4 hermanos menores al cuidado de su mamá. Sin trabajo ni recursos para mantener sola a su familia, la mamá de Verónica se vio obligada a volver a vivir con su familia. Esta situación fue favorable por un par de años hasta que «la familia ya no era una familia… todo cambió de repente, mi tío se aprovechó de mí. Es por eso que el padre de mi hija es mi tío”.
Verónica fue llevada a las autoridades locales, quienes la enviaron a Casa Refugio, donde vive hace 5 años, “vivir acá está bien, puedo compartir con las otras chicas. Por supuesto que al principio fue muy difícil, pero me acostumbré a estar acá… a veces no puedo creer que ya pasaron 5 años”.
“Después de que tuve a mi bebé me dijeron que tenía que tomar una decisión. O me la quedaba o la daba en adopción. Decidí darla en adopción… se la llevaron por una noche. No pude estar sin ella. Ese momento algo en mi cambió, ahora soy más paciente, hablo mucho con ella, es como mi hermanita menor”.
“Tener un hijo o una hija no siempre es un error, en realidad es una bendición. Antes yo pensaba que tendría que dejar el colegio por ella, pero no lo hice. Ella me da fuerzas para salir adelante”.
Actualmente, Verónica está cursando su 5to año de secundaria. Cuando se gradúe tendrá dos títulos, su bachillerato y será técnico superior en belleza integral: cabello, uñas y maquillaje.
Durante 2016 Verónica y el resto de las adolescentes que viven en Casa Refugio comenzaron a participar en el programa Adolescentes Protagonistas del Desarrollo de Save the Children. Con el apoyo de la empresa Bulgari, el programa busca que las y los adolescentes bolivianos más vulnerables puedan alcanzar sus metas sobre decisiones guiadas por el amor propio, conciencia y responsabilidad.
Verónica, al igual que los 5000 adolescentes que son parte del programa, comenzó su viaje en las capacitaciones de Save the Children aprendiendo sobre empoderamiento personal.
“Lo que más me acuerdo del programa y mi parte favorita, ¡fueron los juegos! Recuerdo en especial uno que se llama El Nudo, es muy difícil, en grupo tuvimos que enredarnos y luego buscar la forma de deshacer el nudo sin soltarnos… este juego me enseñó que no hay ningún problema que no pueda resolver. La solución siempre está en mis manos”.
“Mientras aprendíamos sobre Empoderamiento Personal lo que más me interesó fue autoestima, pues me ayuda a tener más confianza en mí misma. Antes no era confiada, incluso llegué a cortarme… no sabía cómo controlar mi ansiedad. El programa me ayudó a darme cuenta que solo necesito calmarme un poco y me dio las herramientas para hacerlo y para sentirme mejor”.
Mediante dinámicas y juegos sobre temas como autoestima, resiliencia y liderazgo Verónica aprendió que “no importa si hago algo mal, soy capaz de controlarlo y arreglarlo… ya no me enojo tan seguido como antes”.
Hablar de Empoderamiento Personal como punto de inicio es muy importante al trabajar con adolescentes altamente vulnerable pues normalmente los problemas que enfrentan se reflejan en su autoestima “todo lo que aprendo intento compartirlo con mis amigas y amigos. Si, por ejemplo, veo que tienen problemas con su autoestima, después de ganar su confianza, hablo con ellos para explicarles por qué es importante que tengan una autoestima equilibrada”.
Después de concluir con el primer módulo, Verónica comenzó capacitaciones en Salud Sexual y Reproductiva, con el objetivo de que pueda tomar decisiones acertadas se le dio información sobre métodos anticonceptivos, prevención de violencia, entre otros.
“Quiero tener mi propia peluquería… en mi pueblo en Los Yungas, ahí no hay competencia. Me gusta mucho trabajar con cabello, me relaja. Lo que más me gusta es diagnosticar el estado del cabello… sólo necesito tocarlo y puedo saber si está muy seco o quebradizo”.
Para que Verónica pueda cumplir con su sueño de tener su propia peluquería, el staff de Save the Children la capacitó en Empoderamiento Económico, donde aprendió sobre sus derechos laborales.
Actualmente Verónica está trabajando en una peluquería que le permite seguir con sus estudios a tiempo completo pues ella tiene muy claro o que quiere hacer en un futuro:
“Para poder poner mi peluquería tengo que invertir mucho dinero, para construirla, contratar a otras chicas para que me ayuden… entonces ahora tengo que trabajar y ahorrar lo más que pueda”.