Save the Children en Bolivia: 40 años de la mano con la niñez boliviana
El año 2025 ha marcado un hito importante para Save the Children: 40 años de presencia en el país. El lema de este año ha sido “de la mano con la niñez boliviana”, para subrayar el hecho que los cambios de staff, formas de trabajo, financiadores, alianzas, contextos políticos e institucionales que se han dato en el tiempo, no ha afectado un hilo rojo que acomunan nuestro accionar: estamos y queremos seguir siempre allí, de la mano con la niñez y adolescencia boliviana.
Lo hicimos en los años ’80, como nos recuerda uno de los colegas más antiguos de Save the Children en Bolivia entrevistado por el equipo de comunicación, cuando la organización empezó su trabajo en un área rural y alejada del departamento de La Paz con el fin de mitigar condiciones de desnutrición y pobreza que la niñez estaba enfrentando.
Lo hicimos con tres ciclos de programas de patrocinio: primero en La Paz (años ’80 y ’90), después en Oruro (primera década de años 2000) y actualmente en Cochabamba.
Lo hemos venido haciendo con acciones programática en las áreas temáticas de protección de la niñez, salud, educación, lucha a la pobreza infantil, tanto con proyectos de desarrollo como con intervenciones humanitarias, en los andes como en la amazonia o en el pisco ecológico de los valles. Los recientes logros en materia legislativa y en políticas públicas evidenciados en los artículos contenidos en este boletín y que – en algunos casos – han logrado escalar la atención a nivel mundial, son evidencia – para usar un término MERA – de nuestro posicionamiento estratégico en el contexto boliviano y en la agenda de la niñez en el país.
Seguiremos haciéndolo en el marco de la estrategia de localización: Save the Children Bolivia ya “está on board” con relación al enfoque de localización que la organización va indicando a todas las oficinas países, como resalta la entrevista a la directora de la Oficina Regional Cristina Garcia cuando felicita a la oficina Bolivia por trabajar «muy de la mano con socios y con instituciones públicas locales y nacionales»; más aún, cuando destaca que se están «traspasando metodologías y formas de trabajo y conocimiento a los socios locales/nacionales para asegurar la sostenibilidad».
No faltan los desafíos:
- La niñez boliviana arriesga de sufrir las consecuencias de una crisis económica que afecta al país, la violencia golpea particularmente a las niñas y las adolescentes, el embarazo precoz de las adolescentes sigue siendo un factor de preocupación, las capacidades del sistema de protección aún no están a la altura de desafíos antiguos (como son la violencia sexual y los matrimonios y uniones precoces) y nuevos, cual es la violencia en línea; el cambio climático se manifiesta siempre más a menudo a través de inundaciones, incendios, sequias, etc. y con impacto fuerte en el ejercicio de derechos fundamentales para la niñez como son el acceso a la educación, a la salud y a la protección; la primera infancia necesita más atención e inversión.
- Por otro lado, la organización necesita diversificar y encontrar nuevos financiadores para responder a las problemáticas y vulneraciones de derechos que sufre la niñez y adolescencia en Bolivia. Al mismo tiempo, aspira a encontrar nuevas formas de recaudación de fondos y de encontrar aliados en el panorama mundial que puedan apoyar a la oficina país.
El mensaje final es un llamado a la acción: frente a desafíos crecientes, se necesita «más colaboración, más innovación y más inversión social». Es solo sumando esfuerzos con socios, instituciones y comunidades que se podrá garantizar que los avances logrados perduren y que el próximo capítulo de la niñez en Bolivia se escriba con dignidad y oportunidades para alcanzar su máximo potencial.
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