Me siento más seguro de mí, tengo confianza en mí y en lo que le realizo. Sé cómo salir de un problema, me enseñaron a superar los obstáculos y no quedarme ahí.

Fransberto tiene 20 años y vive en la comunidad de Sotani, en el área rural de Sucre. Forma parte del programa Adolescentes Protagonistas del Desarrollo Power 4 AY.

Es un líder y emprendedor en el área de hidroponía, pero también estudia Ingeniería Comercial para que, con los conocimientos que adquiera, pueda potenciar su emprendimiento.

En su comunidad, hay muchas dificultades en temas de migración, porque los jóvenes tienen que irse a buscar trabajo a otros lugares, ya que necesitan ingresos, y no tienen oportunidades en su comunidad. El acceso limitado al alcantarillado y baños es un problema fundamental, ya que solo el 50% de su comunidad cuenta con el tema de alcantarillado: “En esta comunidad no hay agua. Si queremos agua, debemos realizar un pozo para tener acceso. Y para cada actividad necesitamos agua, ya que es fundamental, pero al no tener este acceso, los jóvenes migran”.

La pandemia, unió a su comunidad para que todos se organicen y sumen para ayudar a no tener contagios. Una de las primeras medidas, fue fumigar diario, y que si alguien iba a la ciudad, al retornar se aislaban. Como se cuidaron bien, no tuvieron contagios gracias al trabajo de la comunidad: “los jóvenes en mi comunidad fuimos los que fumigamos cuando apareció la COVID. La COVID, me obligó a bajar mis ventas”.

El tema de la pandemia fue algo complicado para todas las personas, pero un poco más complicado para los emprendedores, ya que la inestabilidad económica, ocasionó que muchos negocios cierren y entre ellos el emprendimiento de Fransberto, quien se vio afectado, porque ya no tenía insumos para su producción. Sin embargo, su determinación y ánimos de crecimiento, junto a su persistencia y fortaleza de no decaer, sino más bien buscar la forma de seguir produciendo, le permitió no bajar los brazos, y más bien fortalecerse: “ya que no habían ventas, mis ingresos bajaron y era, porque el mercado no estaba funcionando y el material tampoco llegaba. Así que empecé a producir en menor cantidad, también seguí capacitándome para ver cómo mejorar mi emprendimiento. El programa de Save the Children y CEMSE me ayudaron a reactivar mi emprendimiento. No fue fácil, pero con su apoyo, las ventas fueron subiendo paulatinamente”.

Fransberto es un joven que se fue empoderando a través de la Estrategia Integral del programa, fortaleciendo sus habilidades blandas: “es un programa que te ayuda a superarte. Hay varios elementos del programa que me impactaron, como la superación personal, la autoestima y confianza en mí. También, otra cosa, es que me enseñaron a emprender, tener estabilidad y salir adelante. Creo que he cambiado: me siento más seguro, tengo confianza en mí y en lo que le realizo. Sé cómo salir de un problema; me enseñaron a superar los obstáculos y no quedarme ahí”.

Esas habilidades adquiridas le han permitido superarse a tal punto que hoy tiene un emprendimiento llamado: “Hidroponía del Valle”, siendo el resultado de su capacitación en empoderamiento económico y la tecnificación que le brindó el programa para que pueda aprender a fondo sobre costos, producción, y mercado; aprendizaje que unido a la confianza y seguridad que tiene le ha permitido posicionar su negocio:

Antes no hablaba, era callado, gracias a los talleres, yo hoy me desenvuelvo en las ferias, explico a mis clientes sobre mi producto. Lo que más me gusto del programa son los talleres, el tema de superación personal, creer en sí mismo y lo que puedo lograr. Gracias a todo lo que aprendí, estoy aquí”.

Su emprendimiento es su principal fuente económica, tanto para él como para su familia, lo que le está permitiendo proyectarse a futuro con todo lo que ha logrado: “La venta de la producción de tomate y lechuga, es mi principal fuente económica. Me está yendo bien, gracias al emprendimiento, voy bien con las ventas. He podido ahorrar, ayudar a mi familia, comprarme mis cosas. Ahora tengo una moto, y me ayuda a movilizarme para ir a hacer mis entregas, ver si hay producto y otras cosas”.

Si bien su emprendimiento le ha permitido generar recursos, él tiene un objetivo más ambicioso, y es brindar mayores oportunidades a los jóvenes de su comunidad:” Yo hice un proyecto para que los jóvenes no migren, doy la posibilidad de que tengan empleo. Además de que quiero que seamos una comunidad productiva. Lo que yo quiero es que no se vayan, por eso mediante mi emprendimiento, quiero generar más empleos, enseñarles a generar sus ingresos y que puedan superarse y quedarse, que no migren”.

Los planes a futuro de Fransberto a corto plazo están enfocados en: “quiero mejorar la calidad de la producción, implementar otros productos, escalonar la producción”. Este objetivo ya está en curso, porque empezó con lechugas hidropónicas y hace poco implementó la producción de tomates. Es un joven que cada día amplía más su negocio y se proyecta como un gran empresario.

Fransberto ya concluyó la capacitación del programa, pero se ha convertido en facilitador, ya que comparte sus conocimientos y experiencia en los talleres de hidroponía, enseñando a otros adolescentes sobre lo que implica ser un emprendedor resiliente: “El programa me invita a enseñar sobre hidroponía, sobre la superación personal y yo voy y doy los talleres a los jóvenes. También estoy en las ferias con la Alcaldía y otras instituciones, me gusta participar y enseñar”.

El programa cumplió con las expectativas que él tenía, si bien le costaba creer que puedan brindarle toda la ayuda y formación, el programa le demostró que cumplieron todo: “El programa ayuda a los jóvenes y les brinda la confianza que a veces no tenemos. El programa me ha ayudado a ir cumpliendo mis sueños, a crecer como persona y llegar a mi meta de ampliar mi emprendimiento. Yo invito a los jóvenes al programa, porque nos hace ver que todo es posible, nos motiva. Yo creo que el programa es amplio y ayudará a otros, por eso yo también quiero ayudar a otros adolescentes: yo tuve una oportunidad, y ahora también la daré”.

Fransberto es un ejemplo de superación, perseverancia, compromiso y que los sueños se cumplen, siempre y cuando te dediques e involucres en conseguir tus metas. No solo es líder, emprendedor y universitario, sino que también enseña a otros adolescentes de su comunidad el tema de hidroponía y brinda empleos a otros jóvenes: el tema de enseñar a otros, es mi aporte a la comunidad y también dando trabajo en mi emprendimiento para que otros adolescentes se sumen”.

Fransberto está cumpliendo su plan de desarrollo personal, mismo que ya está cerca de lograrlo.

En esta comunidad rural los jóvenes migran por falta de oportunidades económicas.  El programa de Save the Children y CEMSE me ayudaron a iniciar mi emprendimiento en hidroponía, permitiéndome subir las ventas de tomate y lechuga en tiempo de pandemia. No quiero que los jóvenes se vayan de mi comunidad, quiero ayudar a otros adolescentes, yo tuve una oportunidad, y ahora también la daré. Por eso, mediante mi emprendimiento quiero fortalecer sus capacidades para que generen sus ingresos y puedan superarse y quedarse”.

Fransberto, Sucre, Joven del Programa Adolescentes Protagonistas del Desarrollo Power 4 AY.