¡Es ahora o nunca! El proyecto de ley que puede salvar a las niñas y adolescentes de matrimonios y uniones infantiles, tempranas y forzadas.

Las cifras son contundentes, entre 2014 y 2023 Bolivia registró 4.804 matrimonios de adolescentes de 16 y 17 años, muchos con diferencias de edad que duplican o triplican la de sus parejas. La Defensoría del Pueblo reportó matrimonios de niñas con solo 12 años y adolescentes de 13 a 15 años en circunstancias que reflejan una realidad alarmante. En 2012, el Instituto Nacional de Estadística ya mostraba que más de 30 mil niñas contraían unión antes de los 15 años, lo que representa más del 3% de la población en edad temprana. En el año 2024, el promedio diario de matrimonios y uniones forzadas sigue siendo de 1,3%, según el Servicio de Registro Cívico nacional.

Estos datos esconden historias desgarradoras: violencia sexual, embarazos no planificados, manipulación y explotación laboral y sexual. El Comité contra la Tortura (CAT) señala que estas condiciones son similares a torturas: crueles, inhumanas y degradantes, vulnerando derechos fundamentales.

En Bolivia, el Código de Familia permite que niñas contraigan matrimonio a partir de los 16 años, con permiso de sus padres. Sin embargo, la raíz del problema está en tradiciones que naturalizan y validan el matrimonio infantil y forzado, perpetuando desigualdades de género que dejan a millones en situación de vulnerabilidad, sin libertad, educación ni protección.

La pregunta clave es: ¿qué más evidencia necesitamos? ¿Cuántas niñas más deben sufrir embarazos o explotación antes de cambiar la ley? La buena noticia es que Save the Children, la Coordinadora de la Mujer, UNFPA, IPAS Bolivia, movimientos feministas y otras organizaciones internacionales han unido esfuerzos en torno a un Proyecto de Ley que elimina estas excepciones, promovido por la Senadora Virginia Velasco. La propuesta busca cerrar la puerta a cualquier forma de matrimonio infantil y uniones forzadas.

La urgencia de aprobar esta ley es imperativa. Cada día, más niñas corren peligro, con vidas marcadas por violencia y negación de sus derechos. La responsabilidad es de todos: autoridades, sociedad civil y todos los bolivianos. Es hora de actuar. La protección de las niñas no puede esperar. La historia de sufrimiento de muchas está en nuestras manos. No permitamos que siga siendo así. ¡El cambio está en nuestras decisiones!